En la Fiesta Nacional de la Flor se va a presentar el cultivo de las plantas carnívoras como un efectivo elemento preventivo contra el mosquito Aedes aegypti, portador del dengue que el último verano se propagó por todo el país poniendo en peligro al 80% de la población argentina.
“Es la única alternativa natural a la que se puede recurrir contra los insectos” dice Pablo Durán, que hace diez años se dedica a vender este tipo de plantas.
Las plantas carnívoras crecen en lugares donde el suelo es muy pobre en nutrientes como turberas, pantanos y laderas de piedra. “Los nutrientes que necesitan para vivir los sacan de los insectos que atrapan”, explica Durán. Algunas de ellas, parecerían tener dientes y se asemejan a bocas abiertas a la espera de sus diminutas víctimas.
¿Cómo se alimentan?: Las especies atraen su alimento mediante gotitas de pegamento dulce que tienen sobre sus hojas. Una vez capturado, el insecto trata de zafarse, y esa vibración es reconocida por la planta que, en su gran mayoría, enrolla sus hojas para asegurarlo y comenzar a liberar enzimas digestivas. El proceso de digestión puede tardar de tres a seis días, dependiendo de la contextura de la planta. Su crecimiento está relacionado a la captura de sus presas.
Las plantas recomendadas son las Droseras capensis, Binata, Capensis alba, Aliciae, Spatulata y Capensis all red. Estas especies –cuyo costo varía entre 15 y 50 pesos las más caras– no ocasionan ningún riesgo a los seres humanos ni a las mascotas. Tienen que ser ubicadas en lugares donde no les dé el sol directamente pero que tengan cierta luminosidad.
Pero Durán asegura que sirven “para dormir tranquilo, sin que te des cuenta de la cantidad de mosquitos que hubo a la noche”.
¡Y para paliar la epidemia, que según dicen, se viene...!
Fuente, Crítica Digital
viernes, 25 de septiembre de 2009
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