No, no es eso que estás pensando...
Los científicos del observatorio Pierre Auger, en Mendoza, lograron establecer el origen de los rayos cósmicos -unas partículas de energía que llegan a la Tierra en forma de "lluvia".
Las revelaciones se hicieron durante un seminario en el que se transmitieron palabras del premio Nobel James Cronin. "Hemos dado un gran paso en la resolución del misterio de los rayos cósmicos de mayor energía", dijo.
El equipo encontró que las fuentes de partículas de alta energía no se distribuyen de manera uniforme en todo el cielo sino que su origen está vinculado con las galaxias "cercanas" que poseen núcleos activos. Se estima que esos núcleos activos son alimentados por agujeros negros "extremadamente masivos que absorben grandes cantidades de materia", según los expertos.
La idea que predomina es que los agujeros negros "comen" toda la materia a su alrededor (en una acción parecida al vértigo centrífugo del agua que se escurre en una bañera cuando sacamos el tapón). Esa rotación de partículas alrededor del agujero negro se acelera y muchas de ellas son expulsadas hacia afuera, hasta que en su viaje chocan con planos magnéticos y polvo cósmico. Entonces comienzan a frenarse. Los rayos cósmicos se convierten así en protones y neutrones pero sólo llegan a la Tierra -por lo que se sabe hasta ahora- como cascadas de partículas de protones cuando embisten contra la atmósfera.
El observatorio argentino ya registró casi un millón de cascadas de rayos cósmicos, que viajan a la velocidad de la luz. "Todavía falta entender, aunque tenemos una idea, sus mecanismos de aceleración y cómo se producen estas energías más altas de la naturaleza".
"Eso nos llevará alrededor de 10 años", concluyó.
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